WASHINGTON.- Las muertes y los casos de COVID-19 en Estados Unidos han vuelto a subir a niveles que no se veían desde el invierno pasado, trastocando meses de avances y reforzando potencialmente el argumento del presidente Joe Biden para sus nuevos requerimientos de vacunación.
En la actualidad Estados Unidos tiene un promedio diario de más de 1,800 muertes por el virus y 170,000 casos nuevos, los niveles más altos, respectivamente, desde principios de marzo y finales de enero. Ambas cifras han ido en aumento durante las últimas dos semanas.
Los contagios -impulsados por la variante delta combinada con la resistencia de algunos estadounidenses a vacunarse- se concentran en el sur del país.
Aunque el panorama está mejorando en los que fueran puntos conflictivos, como Florida y Luisiana, las tasas de infección se están disparando en Kentucky, Georgia y Tennessee, impulsadas por el regreso a clases presenciales, un relajamiento en las restricciones de uso de mascarillas y los bajos niveles de vacunación.