Aspectos de la Constitución de la República, la Ley de partidos,
agrupaciones y movimientos políticos, así como la incertidumbre que
genera la esperada decisión del presidente Danilo Medina de si optaría
por una nueva repostulación, colocan “insoslayables nubarrones” que
obligan a todas las fuerzas políticas disponerse a despejar, con lo
que clarificarían los respectivos procesos internos a los que deberán
abocarse en el 2019.
De los tres aspectos que se visualizan, vale recalcar, el de la
Constitución de la República, la Ley de partidos y la pospuesta
decisión del presidente Medina, no resulta arriesgado resaltar que el
relacionado al Mandatario es el que gravita de manera más determinante
en el devenir inmediato, ya que es el que concita mayores niveles de
atención y de tensión en todo el universo político-electoral de la
República Dominicana.
En tanto los aspectos pendientes y latentes, que tienen que ver con la
Constitución de la República y la Ley de Partidos, algunos entienden
que arden como candelita de horno, por lo que no resulta difícil
advierten que podrían saltar al debate político-electoral en cualquier
momento, y producir un nubarrón que hasta este momento parecería que
nadie lo está visibilizando, pero que todos saben que laten como el
corazón en el cuerpo humano.
Mientras tanto, es el Partido de la Liberación Dominicana que se ve
más en el vórtice de los “insoslayables nubarrones”, y que se deben
despejar de cara a los procesos partidarios internos del 2019, en el
que la unidad interna sigue siendo una de las situaciones que se
valoran, la que está en manos, pendiendo como la espada de Damocles,
de sus dos líderes fundamentales: Danilo Medina y Leonel Fernández.
Como el aceite: De Tres en Uno
Para algunos, la Constitución de la República contiene algunos
aspectos que obligan coherenciar y clarificar para ponerlo en
perspectivas a las elecciones del 2020, como son los relativos a las
elecciones municipales, al voto preferencial para regidores y
suplentes, y a la reducción del período de los puestos electivos
municipales que resultaron de los comicios de mayo del 2016, a quienes
se les recortaría el periodo para los cuales fueron electos.
A lo anterior se añade, lo que para algunos constitucionalistas es
axiomático, y es el impedimento que tiene el presidente Medina de
buscar una nueva repostulación, con lo que solamente le quedaría el
camino que conduciría a una nueva reforma a la carta magna, en tanto
para otros el impedimento no se le aplica debido a que el texto
constitucional se modificó en momentos que el Mandatario estaba en
ejercicio.
Pero también hay que esperar la decisión del Tribunal Constitucional,
que está apoderado de decenas de recursos que buscan invalidad
aspectos que los accionantes consideran adolecen de vicios de
inconstitucionalidad en la Ley partidos, agrupaciones y movimiento
políticos, que aunque están en estado de fallo, mientras tanto no deja
de ser un aspecto del que se debe estar pendiente.
Y, aunque con menos incertidumbre y peso político, también hay que
esperar la validación por parte de la Junta Central Electoral de las
modalidades sometidas por las entidades políticas, atendiendo al plazo
impuesto por el organismo para definir y notificar el procedimiento
que utilizarán para la selección de sus candidatos en las primarias
del 6 de octubre del 2019.
Un aspecto que no ha saltado a la opinión pública, pero que se debate
en los predios del Congreso, y del que hay varias interpretaciones, es
el relativo a si los partidos pueden hacer uso de más de una modalidad
como procedimiento para seleccionar sus candidato, tal como lo han
sometido al organismo electoral algunos partidos, agrupaciones y
movimiento políticos.
En presencia de lo “claro oscuro”
Todo lo anterior coloca sobre la mesa, y deja a la intemperie los
aspectos que penden sobre los procesos internos a los que deben
abocarse los partidos, agrupaciones y movimiento políticos, para
ponerse a tono con el imperio de la ley, la Constitución de la
República y la anunciada decisión del presidente Danilo Medina de que
en marzo le dirá al país “si va o no va”.
Pero para nadie es un secreto, que es en el Partido de la Liberación
Dominicana que se ve más en el vórtice de los “insoslayables
nubarrones”, y que se deben despejar de cara a los procesos
partidarios internos del 2019, en el que la unidad interna sigue
siendo una de las situaciones que se valoran, la que está en manos,
pendiendo como la espada de Damocles, de sus dos líderes
fundamentales: Danilo Medina y Leonel Fernández.
Pero en política, como en la lluvia, los grandes acontecimientos dejan
ver algunos visos que los más avezados (usado el término en sus
inmensas y múltiples acepciones) advierten en lontananza, por lo que
muchos entienden que al cierre de la presente legislatura que termina
el 20 de enero, podría comenzar a dejarse ver las primeras “señales de
humo” sobre el panorama interno en el Partido de la Liberación
Dominicana.
Y como partido de Gobierno, que es además, la principal fuerza
política de la República Dominicana, lo que pase o no pase en su vida
interna, gravitara en todo el panorama electoral de cara a los
procesos internos del 2019, y más concretamente en perspectiva a los
comicios de mayo del 2020.