De un tiempo hasta acá, las escuelas de comunicación social han ajustado su plan curricular para poner más énfasis en la formación de periodistas digitales, sin desdeñar los valores fundamentales, sociales y humanistas que esta profesión afincó en los medios impresos.
Ahora incluyen en sus planes de estudios las herramientas que las nuevas tecnologías han creado para facilitar la difusión de noticias y otros contenidos en el entorno digital, más enfocadas en recursos audiovisuales y en el dominio de códigos y algoritmos que utilizan los llamados grandes intermediarios del internet.
Con una base curricular que trata de dar respuesta al nuevo modelo del periodismo en el ecosistema digital, los primeros frutos de esas facultades han llegado ya a las redacciones tradicionales transformadas en redacciones integradas, es decir, donde confluyen las ediciones impresas y digitales.
En estas, los nuevos profesionales de la comunicación social vuelcan sus habilidades como manejadores de contenidos online, preferentemente ensamblados con recursos como video, gráficos, y con nociones muy actualizadas de los perfiles de usuarios que caracterizan las distintas redes sociales que captan más audiencias en el mundo.
Como cada vez más los usuarios de las plataformas digitales acceden a estas a través de teléfonos inteligentes, tabletas o computadoras portátiles, los nuevos profesionales son entrenados para conocer los formatos que encajan en estas redes y para familiarizarse con la medición de audiencias y con los gustos de estas.
Los periodistas tradicionales que no recibieron este tipo de formación hacen esfuerzos, en su mayoría, para adaptarse a las nuevas modalidades de trabajo. No les queda otro camino, ya que las redacciones se han transformado estructuralmente para actuar como redacciones multimedia. Es decir, no solo se manejan con las herramientas ya conocidas del periodismo tradicional, sea este ejercido en periódicos, canales de radio o de televisión, sino con las innovaciones digitales, ya que su trabajo se disemina en ambas plataformas.
Es un cambio mental y estructural. Por eso decimos que nos encontramos en un difícil tiempo de transición entre el pasado y el presente hacia un futuro irreversiblemente marcado por el predominio digital.
En este escenario, la antorcha del relevo la llevan los nuevos profesionales que egresan de nuestras facultades de comunicación social, la mayoría de ellos nacidos y criados en un mundo dominado por la tecnología y las innovaciones.
Traducción al inglés de Las Reflexiones
The newer blood stream of journalism
Since a while ago, the schools of social communications have adjusted their curricular plan to place more emphasis on the training of digital journalists, without disdaining the fundamental, social and humanistic values ??that this profession settled in the printed media.
They now include in their curricula the tools that new technologies have created to facilitate the dissemination of news and other contents through the digital environment, specially focused on the managing of audiovisual resources and the algorithms used by the so-called giant Internet intermediaries.
With a curricular base that tries to respond to the new model of journalism within the digital ecosystem, the first fruits of these faculties have already reached the traditional newsrooms, now transformed into integrated newsrooms, that is, where printed and digital editions converge.
Located at these, the newer professionals of social communications deploy their skills as managers of online content, assembled with video graphics resources and with very up-to-date notions of the most relevant user profiles found within the different social networks that attract the biggest audiences of our modern society.
As more and more users access the digital platforms through smartphones, tablets or laptops, the newer professionals are trained to know every format that goes in-line with these networks and to become familiar with the measurement of the tastes of such audiences.
Traditional journalists who didn’t receive this type of training, do strive to adapt to these new ways of working. They have no other option anyway, since the newsrooms have been structurally transformed to act as multimedia newsrooms.
That’s to say that they’re not only handling the older tools already known within traditional journalism, be it for newspapers, radio or television channels, but dealing with digital innovations at the same time, since their work is disseminated through both platforms.
It’s a mental and structural change. That’s why we state that we’re going through a difficult time of transition between the past and the present, towards a future irreversibly marked by the digital dominance.
In this scenario, the relay torch is carried by the new professionals who graduate from our social communication faculties, most of them born and raised in a world dominated by technology and innovations.
– Translated from Spanish by Randy Rodriguez.