Féliz Méndez espera se le considere para ser exaltado al Pabellón de la Fama

Féiz Méndez es reconocido como uno de los grandes karatecas que ha tenido el país en competencias internacionales. “Haber representado el país” es lo que él considera su mayor logro.

Y ciertamente lo hizo a lo grande, tanto dentro del país como en arenas extranjeras: Aquí fue campeón 13 años consecutivos en Juegos Deportivos Militares, representando a la Marina de Guerra; siete veces campeón de la región (dos de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe -Maracaibo, 1998 y San Salvador 2002 y siete en centroamericanos y del Caribe de karate) y fue medalla de plata en los Juegos Panamericanos Santo Domingo, 2003, donde se le escapó el oro en una controvertida pelea ante un peleador, Mario Toro (Venezuela), al que había derrotado en seis ocasiones anteriores.

Muchos logros para un atleta que dejó el fútbol, otra pasión deportiva, para a partir de los 16 años (entrenado por su sensei José Luis Ramírez, presidente actual de esa Federación) dedicarse al karate, en el Batey Central, Barahona.

Féliz Méndez se fue a residir a Nueva York a atender la salud “grave” de uno de sus hijos que padecía de “leucemia”, y por eso su retiro extemporáneo del karate. No fue tanto por buscar una mejor vida. De hecho se graduó de ingeniero civil en la Universidad Central del Este, en el año 1998, justo el año en que se hizo campeón en los Juegos de Maracaibo, ’98. En esa ocasión, recuerda, era la primera vez que el país llevaba a cinco atletas a la final en karate, aunque se ganaron dos, una de las cuales él la obtuvo.

A su partida, a Estados Unidos, llevaba 18 años y 8 meses en la Marina (hoy Armada de la República Dominicana) y confía en que aun pueda ser repuesto para, al menos deportivamente, cumplir con los 20 años de servicio para la consecuente pensión.

Un regalo que aun no llega

Fruto del oro de Maracaibo, 1998, recibió la promesa de una casa por el gobierno de ese entonces que encabezaba Leonel Fernández. También se le garantizó a las medallistas doradas Wanda Rijo, Miosotis Heredia y Juana Arrendel. Ellas recibieron su vivienda, menos Féliz Méndez, por razones que aún él desconoce.

Luego de los Juegos Panamericanos en que ganó medalla de plata, en el 2003, el entonces presidente del Comité Olímpico Dominicano, José Joaquín Puello Herrera, envió una carta al presidente de la República Hipólito Mejía, con la esperanza de que diera curso al ofrecimiento gubernamental hecho al peleador.

La carta de poco sirvió, como tampoco el hecho de que cuando el presidente Mejía recibió a los atletas medallistas de los Juegos Panamericanos en el Palacio Nacional, Féliz Méndez lo inquirió, pero igualmente recibió un no por respuesta.

Sólo queda la carta, la cual guarda en sus archivos.

Féliz Méndez espera se le considere para ser exaltado al Pabellón de la Fama